miércoles, 2 de mayo de 2007

2007: Una batalla del medievo

Ya entrada la noche, la gente que paraba por las calles de malasaña bebían y disfrutaban de las vacaciones de las fiestas del dos de mayo. Pasaron a ser las tres de la mañana y la reunión se concentraría en la plaza conmemorativa de esta fecha. La plaza del dos de mayo. Con guitarras en mano y calimotxo, los asistentes festejaban alrededor de Manuela Malasaña. Y cantando canciones de rock, el número de personas empezó a acrecentarse. Pero la cosa se truncaría. Los policías municipales aparecieron por una de las calles enfrentadas con la intención de poner fin al evento. Este no estaba organizado ni tampoco permitido por la burocracia del ayuntamiento y ni mucho menos por la comunidad. Pero la dueña de la plaza, inmóvil, escuchaba las palabras de vámonos. En definitiva la noche terminaría en algo más que una fiesta. La noche se convertiría en una batalla semejante a las del medioevo.

En un principio el número de policías rondaba en torno a una veintena que caminaban directos hacia el grupo más o menos amplio reunido libremente en honor a Manuela Malasaña. Y mientras unos optaron por la inmediata marcha otros gritaban “somos más”. Las fuerzas de seguridad ocuparon parte del territorio de festejos y algunos de los festejantes permanecieron pasivos e inmóviles ante las amenazas de los primeros. De repente un proyectil circulaba por el aire con dirección parabólica y cuyo objetivo era el bando policial. Al ver esto, pararon sus pasos y seguidamente el numero de policías se acrecentaría, pero esta vez con porras en mano. Alguno de los atrevidos empezaría a correr calle arriba hasta que los armados siguieron del mismo modo, pero más pausados, la misma dirección. Todos los asistentes no policiales se decantaron por utilizar más artefactos arrojadizos y los cubos de basura sirvieron como provisionales barricadas.

La noche se sucedería de calle en calle y corriendo. Las inmediaciones cercanas acabarían destrozadas y el principio de las calles estarían acordonadas con antidisturbios dispuestos a disparar sus pelotas de goma. La calle San Vicente Ferrer se convirtió en un escenario poco habitual. Insultando a la seguridad municipal, los jóvenes que presenciaban el asunto, se obstinarían en seguir la fiesta. En tomar la plaza para conmemorar la historia que sucedió en el mismo mes pero de hace ya unos siglos atrás. La gente que corría tenía miedo de ser golpeado por una de las porras de esos hombres que iban vestidos de amarillo. A veces se paraban para observar la reacción de los mismos, pero cuando se intuía algún movimiento por parte de ellos la carrera se reanudaba. Sin mirar atrás, se pudo haber apuntado y faltando dedos de la mano, los tropezones.

Realmente era una batalla. Con dos bandos, uno civil y el otro cuasimilitar. El ambiente olía a tensión y el aire era difícil de respirar, pues el humo utilizado como artificio defensivo por parte de la seguridad urbana inundaba el cielo del céntrico barrio madrileño. Las caras variopintas. Algunas de terror, otras de asombro y las más numerosas de rebelión y agresividad. La misma que demostraban los rostros del otro bando. Entre insulto e insulto se podía oír los disparos que procedían de los antidisturbios, y entre golpe y golpe el grito de un nombre; pues las carreras a modo de estampida facilitaban la dispersión y con ello el perder a tu compañero.

El barrio estaba tomado por aquellos mortales que velan por la ciudadanía. Y nadie se podía acercar. Si por algún casual alguien resultaba sospechoso la reprimenda vendría a ser imputada bajo el golpe de una porra. Tanto unos como otros parecían conocerse con anterioridad. Y nadie era bueno ni tampoco nadie era malo. Unos acataban órdenes y los otros obedecían los impulsos de sus deseos. Los civiles arremetían contra los proveedores de justicia; y estos muy seguros de si mismos, hacían oídos sordos confiando en su poder. De repente algo apareció por detrás de las porras. Comparándose con un escuadrón, una decena de jóvenes surgió por el nacimiento de la calle la palma equipados con instrumentos y trozos de basura a las cuales les habían prendido fuego. Las pelotas de hierro forradas de corcho, no conseguían asustarlos hasta que los antidisturbios aunados se acercaron para derrotar la rudimentaria barricada.

La noche era húmeda, debido a que horas antes había llovido. Los jóvenes que asistieron al lugar cada uno en sus casas. Pero como resultado de la pelea el Samur instaló un hospital móvil en medio de la plaza de Bilbao. Atendieron a veinte heridos, de grado leve todos ellos. Pero la desesperación de los que esperaban y la ira de los dos bandos marcarían la huella y no cerrarían la puerta de lo que será más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

1000 facebook likes
buy facebook likes

http://science-connect.net/?q=node/1084 http://www.greencine.com/central/guide/anime
get facebook likes 1000 facebook likes get facebook likes
from yesterday i dont know what happen to my computer.all security services are disable and lots of spam are comping on my computer.my anti virus is showing Trojan.Conficker.c.gen virus but not able to delete.help me to delete this virus.

facebook likes get facebook likes [url=http://1000fbfans.info]buy facebook likes [/url] buy facebook likes